El ibuprofeno es uno de los analgésicos más conocidos y utilizados por todo el público para tratar dolores e inflamaciones. Sin embargo, un grupo de científicos halló potencial para un uso alternativo y decisivo: podría servir para tratar la fibrosis quística, una enfermedad genética con alta tasa de mortalidad.
Esta aflicción, que afecta a las células que producen mucosa, sudor y jugos gástricos, que determina que esos fluidos se vuelvan más espesos que lo usual, obstruyendo conductos y tractos del organismo.
El camino hacia el nuevo hallazgo comenzó cuando la compañía cordobesa Química Luar, que ya produce medicamentos para pacientes con esa aflicción, se contactó con un grupo de investigadores del CONICET que trabaja en el Centro de Excelencia en Productos y Procesos Córdoba (CEPROCOR).
Uno de ellos, Dante Beltramo, tiene incluso una dura experiencia personal con la fibrosis quística: su sobrina falleció a causa de la enfermedad a pesar de haber sido trasplantada.
"No quería irme de este mundo sin aportar un granito de arena para mejorar la calidad de vida de los pacientes", le señala a La Voz del Interior. "Lamentablemente, es una enfermedad genética con la que no se puede hacer nada, sólo dar paliativos".
Nebulizaciones clave
Si bien el ibuprofeno es principalmente antiinflamatorio y analgésico, bajo ciertas circunstancias también presenta propiedades antibacteriales.
Al mismo tiempo, la principal consecuencia de la fibrosis quística es la formación de mucosidad en los pulmones, lo cual los vuelve sensibles a infecciones de bacterias comoPseudomonas o Staphylococcus que pueden provocar la muerte.
Fue así que el grupo de científicos experimentó con el uso de ibuprofeno ennebulizaciones aplicadas a ratones. "La innovación más importante que logramos fue transformar al ibuprofeno en una sal para que sea soluble", explica Roxana Alasino, una de las especialistas.
"Además, la sal de la droga funciona mejor como bactericida que su versión original", agregaBeltramo. "La sorpresa fue que el poder bactericida aumentó y también la velocidad de acción".
Segunda fase
Luego del éxito en los experimentos sobre animales, Química Luar ya comenzó a tramitar los ensayos clínicos en sujetos humanos. Sin embargo, aún resta sortear algunas dificultades.
"Hay pocos pacientes en Argentina, apenas unos 1.200, de los cuales 300 son candidatos al estudio. Y necesitamos 100", señaló al respecto Luis Argañaras, socio gerente de la compañía.
El otro obstáculo tiene que ver con que Luar es un laboratorio pequeño, con apenas 30 empleados y nulo apoyo del Estado. Sin embargo, ya encaró la construcción de una planta para producir el fármaco. "Le tenemos una fe bárbara", se esperanza Argañarás.
Fuente: bigbangnews.com
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